Octubre

- ¿Y dónde vives?
- En Madrid.
- No me digas.
- La Guindalera.
- No sé, ¿dónde está eso?
- Metro de Diego de León, bueno, toda esa zona: cerca de la Plaza de Toros, la calle Azcona, siempre he vivido ahí con mi familia...
- Ya, ya, bueno... No me suena. ¿A vosotros?

Tengo miedo

- Deja al chaval en paz, Troll.
- ¿Y él?
- ¿Él?
- ¿Él dónde vive?
- En Madrid también, por Argüelles, creo, tampoco lo sé muy bien. No le conozco de mucho, sólo hemos coincidido un par de veces.
- ¿Y qué hacíais aquí?
- Me invitó a las fiestas.
- Pero dices que no es de aquí.
- No.
- Veraneantes...

Javi va unos pasos más adelante con un tipo enorme que le tiene medio cogido. El Troll me deja y se acerca para darle una colleja y gritarle en la cara. Javi se podrá defender, sabe aikido, pero ¿yo? cuando se pongan a pegarnos, ¿yo qué voy a hacer?

- No te preocupes, mira, yo también era un veraneante. La primera vez que salí, ese tío, el Troll, me rompió la boca, y ahora somos íntimos amigos. Como si nada. Nos llevamos de puta madre.
- Ni siquiera es verano.
- Tú tranquilo, será sólo un rato

Los ruidos de la feria se siguen oyendo a lo lejos y de vez en cuando se ve un cohete estallar en el aire. Por lo demás, no se puede apreciar nada: todo está oscuro. Detrás de mí hay un grupo con tres o cuatro chicas. Al principio me tranquilizó que hubiera chicas porque suelen tener sentido común, pero éstas van muy borrachas o muy pasadas de coca, no sabría decirlo, y se las ve que están deseando no perderse la pelea. Y eso que ni siquiera va a ser una pelea.

Tienen a Javi agarrado del cuello mientras intentan tirarlo al suelo con pataditas en el tobillo. Javi se defiende y les sonríe, como retándoles. "La cosa va con él" me dijeron desde el principio. "Tu amigo, el de la guitarrita, al Troll le ha caído muy mal" .

Curioso tipo el Troll, casi dos metros, cara desfigurada, nariz de boxeador; se sentó a nuestro lado en la discoteca - " el único sitio que conozco donde no nos van a poner pachangueo", dijo Javi- le miró fijamente y le dijo " no me gustas" y Javi tan tranquilo pero yo empecé a sudar, pese a que ya no hace calor y menos aún aquí en la Sierra, pero estaba empapado en dos minutos y entonces el otro, que no tiene nombre, o no lo he oído, se sentó a mi lado y dijo: " y el que sobre, para mí" y entonces yo intenté hablar con el dueño de la discoteca pero ni siquiera me miró, acostumbrado estaría a todo esto y nos sacaron a empujones y me metí en otro bar pero nada, todo el mundo celebraba y nadie quería saber de nosotros.

"¡Nos van a pegar una paliza, nos van a matar!", gritaba a los chicos, a los mayores, que no levantaban la vista del chato y sólo el dueño se acercó, me miró y dijo:

- Lo siento, vamos a cerrar...

... y los otros nos cogieron y nos llevaron por un camino que dejaba de lado la orquesta, la feria, los cohetes... No, no nos cogieron: no nos tienen cogidos, de hecho. Sólo a Javi. A mí me tienen rodeado, eso es todo. Simplemente, no podría huir aunque quisiera.

- ¿Tienes novia?
- Sí.
- ¿En Madrid, no?
- Sí.
- ¿Dónde me dijiste que vivías?

En ese momento un cohete estalla en mil luces verdes con forma de palmera que se va desintegrando en el cielo y a los dos segundos se oye un estruendo lejano.

Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre