La casa del presidente corderil aparece llena de pintadas
Consternado acudía esta mañana Coque Álvaro, presidente de Gran Cordero, a su cita semanal con el padel. La razón era bien sencilla: un grupo de vándalos o vándalas han llenado
el portal de su casa de pintadas ofensivas, insultos, amenazas y un corazón que pone: "Rodrigo y Laura". La policía apunta a que el corazón puede que ya estuviera de antes. El presidente lanar
ha apuntado directamente al grupo ultra Corderas Fanáticas como máximas responsables del acto vandálico. Los desencuentros entre la junta directiva y este grupo radical han sido constantes en las últimas
fechas y ha provocado el alejamiento de los aficionados de las canchas esta temporada. La gota que ha colmado el vaso ha podido ser la expulsión de María Rey del país rumbo a Boston, Massachussets donde ya
descansa, para el bien de los ciudadanos, desde hace meses la peligrosa Inés Thiebaut.
Coque fue claro en sus palabras: "Si piensan que les voy a dejar que gorroneen en mi casa con la excusa de cualquier partido de la tele, van listas. Se tienen que acostumbrar a que las reglas del juego han cambiado". Además, quiso
mantener una postura de fuerza declarando que el asunto ya estaba en manos de la policía. Teniendo en cuenta que Ainhoa estaba postrada en cama debido a una resaca que la mantiene alejada desde hace un mes de toda actividad social, todos
los dedos señalan (y no sólo cuando bosteza) a Lucía Muro, única miembro del grupo vandálico que mantiene los pies y el coxis en el barrio de Prosperidad. De encontrarla culpable de los cargos el club posiblemente la castigue con leerse todos los relatos de Ortiz y
ver las obras completas de Woody Allen. Ahí le duele.
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