Sí,sí, sí, la séptima está aquí

Gran Cordero consiguió su séptima victoria del año en uno de los partidos más intensos que se recuerdan. Primero porque el Gran Truchén era lo que se esperaba y los rusos no aparecieron por ningún lado. Segundo porque las lesiones por primera vez en tiempo se cebaron con el corderismo de manera cruel. Pero el equipo demostró que además de talento tiene carácter y sacó adelante un partido que otro año se hubiera perdido con seguridad. El primer cuarto fue un monólogo (guiño, guiño) corderil: una serie de canastas de Dani ALonso y Simón ( imposibles de diferenciar en el acta) parecieron sentenciar el partido: 18-5. Truchones hizo honor a su fama de equipo duro pero limitadito en ataque, salvo por el 11 que es un gordo. El segundo cuarto empezó sin embargo con susto: Arturo tuvo una pequeña lipotimia y se desmayó en medio de una defensa lanar. La verdad es que lo pasamos todos muy mal porque es duro ver a un amigo así, y eso hundió un poco al equipo. Unido al obligado descanso de Dani Alonso y Simón, que Lorenzo no encontraba la distancia, y que Aubareda se lesionó en un tobillo pues Truchones consiguió meterse en el partido (24-21) con un gran partido del 8. Sólo el trabajo de un Jorge que recordó al de los mejores partidos y consiguió 9 puntos sin fallo. Al descanso el marcador reflejaba un angustioso 30-23. Demasiados puntos encajados ante un equipo tan torpe en ataque. Pero lo peor estaba por llegar. A mitad de la rueda de calentamiento Jorge confiesa que se ha hecho daño en una mano y que no puede seguir jugando. En fin, qué vamos a hacerle. Gran Cordero se intentó hacer fuerte en defensa y se confió a Lorenzo en ataque, que como siempre no defraudó (8 puntos de los 10 de ese cuarto). Entre Carlos y Simón se hacían con el juego interior y sólo un par de canastas afortunadísimas de los Truchones mantenía el marcador apretado (40-31). Para rematarlo, con 42-33, va Dani Alonso y se lesiona. Por si alguien tenía duda de si Gran Cordero podía jugar sin su estrella, todos los jugadores dieron prueba de ello: Simón dirigiendo, Carlos en la defensa interior y Lorenzo machacando al rival continuamente al contraataque. La defensa corderil dio un paso adelante y dejó a los Truchones a cero en los últimos 6 minutos: de 43-36 se pasó a 58-36, victoria contundente que da moral y además pone el basket-average muy favorable en caso de empate final, aunque la distancia ya es de tres partidos.