Fatal, muy mal, horrible...¡ horrible!
Vuelven los viejos tiempos para el corderismo y no podemos ser más felices. Se acabó la presión de ganar todos los partidos, la crispación
de los play-offs, la garra en cada balón dividido. Ya ha llegado la primavera y los jugadores de Gran Cordero pueden lesionarse a gusto, pasar de ir
a los partidos, tirarse brevas una tras otra y regalar balones a los contrarios como buenos amigos. En fin, vuelven esas palizas de antaño que
tanto nos hicieron disfrutar.
Y es que la cosa estaba clara desde que apareció Aubareda con muletas, Dani Alonso y Fer vestidos de calle, Arturo quejándose de una lesión en un gemelo y
Lorenzo sin dormir por el fallecimiento de su abuelo ( un abrazo de parte de todos, amigo). Carlos ni apareció, Simón tenía curro y Pacios llegó con el partido empezado.
Además, sólo Raquel y María vinieron como aficionadas, así que con un quinteto formado por Ortiz, Nico, Lorenzo, Jorge y Rubén, Gran Cordero salió dispuesto a darlo todo.
Y lo hicieron. Lo dieron absolutamente todo. Cada vez que tenían el balón se lo daban al rival, para que no se diga. A los seis minutos la cosa iba 10-0, al final del primer cuarto
18-6 y tras la lesión de Jorge- lo que faltaba, fue a robar un balón y cayó con balón y todo sobre la espalda- el resultado era 29-6. El que iba de Kobe Bryant nos las metía todas al
contraataque y aunque Nico intentaba pararle pues no lo conseguía. Sólo Rubén y el mermado Arturo luchaban por los rebotes y aunque Lorenzo lo siguió intentando en ataque volvió a no tener su día.
Capítulo aparte merece Ortiz: 0/10 en tiros, 10 balones perdidos y -17 en valoración. Muchos, muchos años tendrán que pasar hasta que alguien consiga igualar los registros de este histórico que puede-
esperemos- estar jugando sus últimos minutos con la camisola azul.
Al descanso Jorge se fue definitivamente a la enfermería (10-33) y aunque el tercer cuarto mostró una ligera mejoría de Lorenzo (6 puntos en ese período), el marcador mostraba
ya un grotesco 18-50. Los jugadores corderiles se conjuraron para meter por lo menos 20 puntos... ¡ y lo consiguieron!, tuvo que ser Lorenzo el héroe, como no. De ellos, el 8 nos metió 19 puntos, el 4 nos clavó 29
y el 14 consiguió 15. En definitiva, un sobito en buena línea, cachondeo hasta de la Bisbal, pero buen rollo entre los jugadores porque poco más se podía hacer. De un 54-20 se pasó al 65-20
definitivo que produjo un sonroso general.