La vieja guardia salva al Gran Cordero
Nunca se vio un Cordero menos grande ni una Caja más redonda, pero pese a todo los líderes remontaron las ventajas rivales para llevarse la duodécima victoria consecutiva
de la temporada. Era un partido que temía especialmente el entrenador: los Caja
Redonda llevaban unas cuantas victorias consecutivas y habían puesto en apuros ya
a Miraobras en la primera vuelta. Además Simón y Arturo no podían jugar, con lo que
el poderío interior lanar quedaba muy mermado. Pues bien, las más negras previsiones
se cumplieron y se vieron empeoradas con la lesión de Rubén, que con problemas en la
rodilla vio muy limitada su capacidad. El Cordero se encomendó entonces a tres de sus
viejas estrellas: Jorge, Dani Aubareda y Dani Pacios y a la que promete serlo en el
futuro: Carlos Rodrigo.
Pero empecemos por el principio: la cosa no empezó mal, gracias como no a Jorge,
que demuestra partido a partido lo bien que lo hace su entrenador dándole
confianza. A los seis minutos el resultado era 8-3 y todo apuntaba a una victoria
fácil. Pero estos cajeros eran gente fina: se plantaron desde el principio en una
caja más uno sobre Dani Alonso y consiguieron desquiciarle por completo. A él y
al resto del equipo que veía el ataque cada vez más empantanado. Por el puesto de
base pasaron sucesivamente Fer, Jorge y Dani Alonso, pero no había manera de que el
balón circulara bien. Quizás Fer fue el que mejor lo consiguió pero no dispuso de
los minutos precisos.
El segundo cuarto fue un desastre: balones perdidos, canastas del contrario debajo
del aro, triples sin tocar aro... Jorge puso al equipo un punto arriba (13-12 en el
minuto 22!!!) pero un triple suyo en el último segundo, de los que joden de verdad puso
la máxima diferencia en el descanso para los redondiles (13-17). Los ánimos estaban bajos
y los nervios, a flor de piel. Por primera vez en doce partidos, Gran Cordero se
iba perdiendo al descanso y eso no era todo: el rival parecía superior. Sólo de una
manera se podía ganar el partido y los jugadores lo vieron claro: luchando a muerte
en defensa y en el rebote. Ahí la figura de Carlos resaltó sobre la de los demás.
Ayudado siempre por Dani Alonso, que en defensa fue infranqueable, consiguió imprimir a
sus compañeros un talante agresivo e inconformista. Sólo gracias a la defensa, Gran
Cordero consiguió seguir en el partido a pesar de meter sólo 22 puntos en tres
cuartos. Lorenzo lo fallaba todo y Alonso no encontrtaba huecos. Los seis puntos de
Carlos en este cuarto fueron decisivos para empatar el partido (22-22), pero luego otra
vez se apagó la luz y al final del tercer cuarto se llegó con 22-28 y con Lorenzo
lesionado en el hombro tras una dura entrada en la que el equipo contrario pidió la
roja directa por entender que era por detrás y se trataba del último defensor. Que,
por cierto, los del equipo contrario no hacían más que quejarse por todo, llorar mucho y
repartir hostias en cuanto podían. El árbitro se limitó a dejar pasar tranquilamente
la mañanita y que los niños se arreglasen entre ellos.
Pero al final, como siempre, llegó lo mejor para los corderistas, y lo que parecía un
equipo hundido a punto de recibir la primera derrota se convirtió en un vendaval
imparable. Empezó Jorge- como no- con dos canastas y luego Dani Alonso empató el partido a 29 con
un canastón espectacular forzando además personal. El equipo había cambiado la defensa a 1-3-1, y
si bien eso causó todo tipo de incredulidad entre los componentes del equipo por alguna razón que
aún ellos desconocen, la cosa funcionó muy bien y pareció desquiciar al equipo contrario. A un
triple del 6 suyo- otra vez en momento clave- siguió segundos después otro de Aubareda, que
inició una racha espectacular de aciertos constantes.Jorge y Carlos pusieron el 36-32 y
entonces otros tres triples (dos del pequeño de los Álvaro y uno de Aubareda terminaron de
romper el partido llegando a una ventaja inimaginable: 45-33 a falta de un minuto. El
parcial del cuarto hasta entonces era de 23-5. En once minutos Gran Cordeo sólo había
permitido una canasta rival y como son buenos chicos permitieron unas cuantas más hasta
el punto de que con 45-38 hubo un poquito de miedo, pero ahí estaba Pacios- qué grande
eres!!!- con sus rebotes en ataque desquiciantes para asegurar una cómoda victoria al
final. Espectacular el tapón final de Dani Alonso.