La hija reconocida de Fermi
El otro día estuve hablando con ella. Tiene algo tan mío que cuando la miro
a los ojos veo las estrellas sobre el negro fondo de la noche. Creo que es
el dolorimiento de corazón, a ella le viene por la indiferencia de su
padre. La quería tanto que la llamó Paradoja, tanto y tan mal. No es que
el nombre sea feo, se queja ella, es que no es suyo. Ella no es una paradoja
mayor que cada uno de nosotros, que nuestra propia existencia o nuestra
propia soledad. Se siente incómoda porque ni siquiera le queda el recurso
del romanticismo melancólico de los sensibles. Cuando habla bajito me confiesa
que se siente tan absurdamente viva como yo, pero que ni siquiera eso le dejan
decir. Bueno, dejarle, le dejan, pero con esa mirada de "claro por estas cosas
es por lo que tu padre te puso ese nombre" Cuando levanta la voz me replica
indignada: "¡Mi padre me puso ese nombre porque a veces parecía gilipollas!"
Y yo me río, me río porque no hay mayor satisfacción en el mundo que encontrar
a alguien con autoridad para llamar gilipollas a un genio. Supongo que algún
día cuando la hija de Jorge nos diga frente a un aparato electrónico: "Desde
luego papá, es que a veces no te enteras de nada" sentiré un hormigueo
parecido. Espero que para entonces ya me haya atrevido a contarle mis cosas
sin sentirme desalmada "paradojista" más. No se como decirle que me parece
una casualidad bastante curiosa e improbable que de todas las combinaciones
posibles para el tres para tres, al final, en el que era mi equipo, van a ser
todos de la misma familia. Es más, a este paso todavía podríamos llegar a algo
aún más curioso y enigmático que la falta de evidencia de vida en nuestra
galaxia. Si todos lo Rey se juntan en los mismo equipos, ¿acaso será posible
que ni Reyes ni Ortices sean ganadores de tan magno evento? Lo que está claro
es que algo así, le revuelve las paradojas a cualquiera
|