BDB consigue el doblete en Chamartín
Aún con otro nombre -esta vez Batusis- los chicos de BDB han conseguido la machada de ganar el distrito en los dos torneos que se disputan al año.
Ahora tendrán que enfrentarse a los ganadores de otras áreas en el Fernando Martín para ver dónde dejan el pabellón de Chamartín, pero de momento más no se les
puede pedir. Son un equipo, en cualquier caso, irregular.
En el torneo de invierno perdieron de paliza con ICD y La Troupe, pese a lo cual se clasificaron segundos. Luego en los cruces casi palman con Limonchelo pero acabaron
ganando a Rudulí la final casi de 30. En el Marca ha pasado un poco lo mismo. Volvieron a jugar contra ICD, esta vez con Luis en sus filas que es buenísimo, y sin embargo les
metieron de más de 20. Luego le ganaron a La Troupe un poco por los pelos en semifinales y la final casi la pierden... contra Miraobras (41-39).
Descomunal papel el de los chicos de Alf, que demuestran que con entusiasmo, rapidez y una gran defensa se puede llegar muy, muy lejos en este torneo. Hay que defender muy bien para dejar
a los BDB en 41 puntos en una final. Enhorabuena para ellos, estamos deseando encontrarnos en la liguilla del año que viene. Por cierto, que su nombre suena con insistencia para participar en la próxima
Lamb Cup del cincuenario.
El buen hacer de Miraobras, yendo justo por la parte del cuadro que hubiera sido de Gran Cordero si no hubiera sido por aquella infausta mañana en el barrio de la Concepción, nos hace preguntarnos otra vez
a qué distancia estamos de los mejores. Es cierto que Miraobras juega mejor que nosotros, pero de cuatro partidos les hemos ganado tres y el que perdimos fue debido tanto a su buen juego como al pedazo
de resaca que llevábamos. Lo único que distancia ahora mismo a Gran Cordero de los mejores es posiblemente la defensa, aunque suene raro decir esto. Lo que está claro es que no vamos a ganar nunca si Rudulí
nos hace 71 puntos o Lo Marrón cincuenta y pico.
Si el año que viene conseguimos defender un poco mejor en los grandes partidos y, sobre todo, correr más a menudo, puede ser un año mágico para el corderismo.