El enigma Proporril

Hace justo un año, en la jornada tres de la temporada 2003/2004 unos animosos chicos llamados Proporros nos sobaban el morro y nos colocaban al borde de la crisis. Fue un partido nefasto que Gran Cordero tuvo controlado pero que perdió entre balones perdidos, técnicas e historias. Por entonces, y pese al hecho de que jugamos muy mal y nos faltaba gente como Modorro, el Barrilete, Lorenzo, David... los Proporros nos parecieron un equipo muy decente. Jóvenes, rápidos, chuletas, pero que jugaban bien y podían hacer sus cosas. Es más, predijimos: el año que viene serán mucho mejores.

Bueno, pues llegó el año que viene y les vimos en el primer partido con sus camisetas rojas, a diez u once de ellos haciendo la rueda y parecía que la cosa iba en serio. Dos partidos después, llevan ya dos derrotas metíendole 26 puntos a los Galácticos y 34 a los Macabi de Levantar. ¿Dónde está el misterio?, ¿se salieron contra nosotros o es que se tocan el porro el resto del año? Eso sólo lo sabremos este sábado y si se juega, ,que ya ha dicho Chainy que no va a llover, así que nos podemos echar a temblar.

Después de dos semanas de pausa por el puente, la verdad es que ya hay ganas de baloncesto. Gran Cordero ha tenido un principio de temporada a la altura de las mejores previsiones pero todavía tiene mucho que mejorar y aprender. Por ejemplo, la defensa individual, que contra Andalucía CB no funcionó tan bien como la zona. Es normal, pero eso no quiere decir que haya que conformarse. Volviendo a la presión en todo el campo y con una defensa fuerte, los Proporros no deberían dar demasiados problemas.

La gran novedad en el cinco titular será Fer Cabezas, que tendrá así la oportunidad de congraciarse con la afición y disfrutar de los minutos que no pudo jugar contra Andalucía por razones de todos conocidas. Sus acompañantes de salida serán Jorge, Dani Alonso, Carlos y Modorro. Nuestros dos pivots se quedaron el año pasado con ganas de meter un sobito a estos proporriles, así que el sábado podrán explayarse a gusto. En cualquier caso, parece un partido ideal para que todos, el entrenador incluído, jueguen unos minutillos.