Gran Cordero 38-Desokupados 37

Siempre es difícil la crónica de un partido cuando se carece de acta, pero aún más en este caso en el que las lágrimas hacen que la pantalla se vea borrosa del otro lado y mi jefe me llama cada cinco minutos. Todo en mí son recuerdos de una tarde nublada al otro lado de las ventanas del Polideportivo. Esos corderillos dejándose la piel, luchando cada balón, animando como locos... Qué difícil será olvidar eso, más difícil que olvidar lo de... ¿cómo era?... espera... en fin, ahora no caigo.

El caso es que el partido contra Desokupados fue un auténtico partidazo en el que los dos equipos se desfondaron en defensa y dejaron poca cosa para el ataque. Si los corderos fallaban todos los tiros, los chicos de Noel se empeñaban en no tirar y acabar perdiendo la bola en imposibles penetraciones de uno contra el mundo. Cuando el mundo mide 1,90 y tiene los brazos de Dani Alonso, Modorro o Carlos, es una batalla perdida.

Empezó el encuentro con ataques largos y mucha tensión. Moviendo bien la bola pero sin ningún resultado. Si un triple de Dani daba la primera ventaja a Gran Cordero (3-2), el buen hacer de Mario en la dirección y Diego en el tiro ponía a Desokupados con unas cómodas ventajas de cuatro-seis puntos. Así se mantuvo toda la primera parte: los dos equipos lo fallaban todo, pero el rebote ofensivo de las torres desokupadas provocaba muchas faltas... y muchos tiros libres. Así que, puntito a puntito, al descanso los Desokupados ganaban algo así como 20-15 o similar.

El tercer cuarto fue clave: Desokupados empezó muy bien, con dos canastas que elevaban la ventaja a nueve puntos. Ortiz pidió tiempo muerto inmediatamente, el entrenador lanar tenía miedo de que el equipo se viniera abajo mentalmente y bajara los brazos como pasó contra Rudulí el año pasado. Pero éste es otro equipo. Los mismos jugadores, pero otro equipo. El Barrilete asumió en la dirección, Simón salió para aportar serenidad, Modorro y Dani siguieron anotando... y Carlos decidió que iba a coger todos los rebotes, así que se puso a ello.

¡Qué espectáculo! En apenas ocho minutos, Gran Cordero remontaba los nueve puntos y se colocaba cinco arriba, a pesar de fallar algunos tiros libres. El miedo se empezó a apoderar de los Desokupados, en los que Mario -el base- había desaparecido y sólo confiaban en Fredo, un ala-pivot muy bueno. Noel aparecía y desaparecía, pero cuando se la jugaba hacía daño.

Como era de esperar, el partido volvió a igualarse. Desokupados cogió cinco puntos a falta de tres minutos. Los tiros libres de Carlos y sus rebotes en ataque pusieron a Gran Cordero a uno a falta de 32 segundos. Falta. Diego falla el primer tiro libre, falla el segundo, se lucha por el rebote, parece que lo coge uno suyo... y Roberto Calero -qué arbitraje, madre, qué tío- pita pasos por levantarse del suelo con el balón. Una posesión. Los corderos mueven por fuera hasta que aparece Modorro por dentro y justo cuando se levanta... falta...¡Aquello parecía lo de "el tiro libre más largo del mundo"! Sólo que Modorro estaba sano y salvo y encholó los dos.

No sólo eso, al bajar a defender, aún pudo robar la bola e irse hacia adelante... sólo que ¡pisando la línea! Roberto lo vio, pitó fuera, balón para Desokupados con dos largos segundos en el marcador. Sacan de banda y Dani la toca. El tiempo no se mueve, aquí no hay décimas. Al final encuentran a Noel en una esquina, que busca la falta pero no la encuentra y acaba tirando contra el canto del tablero. ¡Gran Cordero a semifinales! ¡Gran Cordero a semifinales! Los jugadores se abrazaban, las gradas ardían de pasión, Fer Cabezas le metía mano a las Freak Sisters... La leche, amigos.