Nadie se quiere perder los partidos de Gran Cordera (excepto las propias corderas)
Gran Cordera se ha convertido en poco tiempo en un verdadero fenómeno de masas. Propios y extraños llenan las canchas para ver sus partidos. Es una situación parecida
a la de 1984 cuando la llegada de Michael Jordan a cada cancha suponía un lleno asegurado. Con Gran Cordera pasa lo mismo. La liga de Chamartín
es otra desde que estas trece chicas entraron en competición y sus partidos siempre se colocan en las mejores canchas y en los mejores horarios para las televisiones norteamericanas.
Lástima que las propias corderas pues no se lo tomen demasiado en serio, porque hoy eran seis y eso porque Victoria ha conseguido llegar empezado el partido y Ainhoa ha debutado después de su lesión
(qué bien le quedaba esa camiseta, por cierto, las cosas si hay que hacerlas, mejor a lo grande).
Con seis heroínas en el Auditorio Coliseum (Raquel, María, Teresa, Eva y las dos arriba mencionadas), Gran Cordera estuvo a punto de sumar un nuevo triunfo. En el primer cuarto dominaban 4-2 y, si bien el cansancio
hizo lógica mella, el caso es que en el tercer cuarto todavía perdían sólo por cuatro (10-14). Lo que pasó después no lo sabemos con certeza porque llegó el mesa y dejamos de llevar nosotros la cuenta y porque luego
el acta se lo llevó Eva, así que pongamos que quedaron 22-12 o algo así.
Entre los aficionados que se dieron cita estaban dos fotógrafos algo payasos que nos han dejado varias instantáneas de lujo, Cristina que vino con su hermano y unas muletas y un grupo de estudiantes de intercambio
que mostraron mucho interés en el baloncesto femenino en general y en el partido en particular, intentando incluso conseguir el autógrafo (y el teléfono) de alguna de sus ídolos.