Los presidentes ponen firmes a las corderas

El partido entre Gran Cordera y Trap circulaba por los caminos habituales: risas, bandejas falladas, hamburguesas en las bandas, entrenador pendiente de la chica de la mesa... en fin, esas cosas que marcan el corderismo. Evidentemente, el resultado no era el mejor posible. A pesar de que un triple de Paloma puso un esperanzador 5-2 en el marcador, el caso es que llegó la comida del Burger King y las chicas se descentraron. Parcial de 11-0 y todo un cuarto sin anotar excepto un tiro libre de Eva con el marcador a cero.

Y en eso llegó la Familia Presidencial. Con un par de gritos bien dados y la clásica "teresina" en el vestuario corderil, las cosas cambiaron por completo. Allí no se oía una mosca, señores. Qué tensión, qué entrega, hasta Modorro casi se atraganta con la Coca-Cola. Gracias a esa muestra de autoridad el resultado pasó de un vergonzoso 18-8 a un más lógico 18-14 al final del tercer cuarto. La Rodri se multiplicaba en ataque y en defensa (vaya pedazo de tapón), Teresa combatía su dolor en la pierna, Paloma acribillaba desde el perímetro, y Eva y Reme controlaban el juego interior a su antojo. Sólo Mónica jugó mal. Y además se mete conmigo. ¡No me gusta nada Mónica!

En el último cuarto la que destacó fue Victoria, que pese a mostrarse remolona a la hora de salir anotó los nueve puntos de Gran Cordera en ese período, incluídos dos tiros libres y un triple que ponían al equipo 22-21 por detrás. Entonces pidieron un tiempo muerto, se pusieron a enchufar como bestias, y se colaron 12 puntos en cinco minutos. Poco había que hacer, esa es la verdad, pero, bueno, al menos la 8 se llevó una buena toña ante la mirada orgullosa de Tere y Coque.