Gran Cordero cae en su partido más negro
Festival de la apatía en el Chamartín Fieldhouse. Gran Cordero perdió un nuevo partido ante unas semidesiertas gradas, esta vez ante los débiles Proporros. Débiles de físico y jóvenes en edad pero voluntariosos y con talento.
Gran Cordero no corrió un solo contraataque, no se llevó un solo rechace y dio toda clase de facilidades en defensa. El desorden táctico fue tal que se perdió una renta de seis puntos en el último cuarto y en la última jugada ni Simón
ni Dani Alonso tocaron el balón.
No debería haber sido necesario llegar a esa última jugada, en cualquier caso. El partido empezó muy mal: muy pocos puntos por ambos lados, mala dirección corderil,
numerosos rebotes que se escapaban de las manos lanares y los dos hombres altos con problemas. Carlos sumó dos faltas en apenas cinco minutos y Dani Alonso se volvió a torcer el tobillo, lo que
mermó su rendimiento durante el resto del juego. Pese a todo se llegó al descanso con empate a 18 en el marcador. En el tercer cuarto pareció que gracias a la visión de juego de Aubareda, la garra de Rubén
y el acierto puntual de Alitas de Pollo y Simón, Gran Cordero se distanciaría en el marcador. Fue un espejismo. Volvieron los nervios (técnicas para Carlos y Ortiz que perdieron los papeles) y siguió el despiste en lo concerniente
al partido. La tónica general de los últimos partidos de Gran Cordero es una atención exagerada a todo lo que no tiene que ver con el baloncesto (protestas, patadas al mobiliario, quejas al entrenador) y muy poco interés por bloquear un rebote o
correr por un balón, salvo honrosas excepciones.
Los juniors de oro parecen haberse estancado justo en la temporada en la que Ortiz había decidido contar más con ellos: de Jorge y Fer no hubo noticias a lo largo del partido. Los nuevos fichajes o no se acaban de concretar o no acaban de jugar. El resto de los
jugadores no están a tope físicamente y eso se nota. Puede que el año pasado fuera un espejismo, pero lo que tampoco es normal es que ahora todos nos mojen la oreja (Proporros está en un nivel semejante al del equipo de Dani Pacios).
También es triste comprobar el bajo estado de ánimo del corderismo en general. Si bien el entusiasmo se mantiene con la sección femenina, a los chicos ya sólo van a verles los padres y cada vez menos. Del presi no se sabe nada, el director deportivo
está en Dublín, las Corderas Fanáticas son un recuerdo del pasado... El ambiente no es malo dentro del equipo: antes de los partidos sigue habiendo risas y coñas, y después todos van al Kamikaze a pasar un buen rato juntos, pero durante el partido... sólo se ven caras de tensión y agobio.
La próxima jornada espera Albricias, un equipo menor donde los haya pero ante los que no cabe relajación posible. La cosa está malita...