Gran Cordero se mete en cuartos a base de triples

Efectivamente, la baja de Lorenzo no se notó. Difícil es pensar que se pudiera haber tenido más acierto con él en el campo. Diez triples de Gran Cordero acabaron con cualquier intento rival de remontada, pero lo que realmente dio la victoria para los lanares fue su intensidad, su defensa y sus ganas de ganar el partido. Hoy nadie "renunció a competir" sino todo lo contrario. Después de lo del pasado año todos los jugadores querían demostrar que tenían suficiente nivel para estar ahí y que por lo menos lo iban a dejar todo en el campo.

La táctica fue agresiva desde el principio y nada más empezar Gran Cordero se colocó en una defensa 2-3 presionante que no abandonarían en todo el partido. Esta defensa provocó innumerables pérdidas de Al-Qaidos que, si bien no se concretaron en canastas, sí desconcertaron por completo al equipo musulmán. En líneas generales el partido fue muy parecido al del año pasado sólo que ahora nosotros parecíamos los veteranos y ellos los pardillos. Los dos primeros triples de Alonso (acabaría con cinco) colocaron el 6-0 en el marcador y gracias a una defensa asfixiante y que los cambios en este equipo no se notan para nada, al final del primer cuarto el resultado era de 13-5.

De hecho hubo un momento en el que el partido parecía que iba a ser muy fácil: con todo el quinteto suplente en cancha, con David Navas jugando como los ángeles y con Jorge metiendo los tiros libres, Gran Cordero se colocó once arriba poco antes del descanso (24-13). No es que los Al-Qaidos fueran la caña pero es que no les dimos ni una oportunidad. Una última jugada propia del Estudiantes complicó la cosa al descanso con un triple a la desesperada que entró- tenemos mala suerte con esas cosas, la verdad. Seis arriba (24-18) cuando la sensación era de que éramos muy superiores.

No sería justo decir que Gran Cordero salió dormido en la segunda parte, porque los chicos lo dejaban todo en la cancha, pero los tiros no entraban y Al-Qaidos se lo empezaron a creer, llegando a colocarse a un punto (lo más cerca que estuvieron en todo el partido). En ese momento apareció nuestro hombre de la pachorra, Dani Aubareda, que, justo cuando más calentaba el sol, se cascó un señor triple. Después llegó el tercero de Alonso y una canasta de Arturo clave de las de cinco metros desde un rincón. El final del tercer cuarto era prometedor, teniendo en cuenta que habíamos bajado un poquito el nivel (34-29).

La defensa siguió siendo espectacular, sin importar si jugaban titulares o suplentes. Modorro no tuvo su día en puntos ni en rebotes, pero daba igual: jugando como un equipo Gran Cordero consiguió pasar los peores momentos y encomendarse a Dani para que continuara su recital. Dos triples más suyos y uno de David colocaron el partido en una diferencia en aparencia insalvable (43-30 a falta de menos de diez minutos). Sin embargo no fue así, principalmente porque esto es playoffs y aquí nadie se da por rendido. Al-Qaidos se pusieron a presionar al base y los lanares atravesaron unos momentos de cierto descontrol, curiosamente hasta que salió Jorge y controló mejor el trabajo defensivo junto a Ferrr (qué gran partido el suyo mandando y dirigiendo al equipo). El momento más duro fue cuando con 43-39 fallaron dos tiros libres. Básicamente ahí se acabó el partido, porque luego nos liamos a coger rebotes en ataque y tuvimos un ataque como de dos minutos.

Dos tiros libres de Modorro pusieron el 45-39 a falta de quince segundos, el 7 se clavó un señor triplazo (ellos enchufaron cinco). La última jugada la controló Alonsus, le hicieron falta, metió los tiros libres y ala, a siguiente ronda.