Cuando marzo marcea...
La verdad es que se agradece que ya que vamos a veros jugar un partido de baloncesto, en un alarde de generosidad, lo juguéis. Sobretodo teniendo en cuenta que hoy era uno de Marzo. Día de carnaval, de tentaciones y fiestas paganas, pero el Cordero siempre está ahí cuando más le necesitamos. Según ciertas tradiciones Incas, hoy dejábamos atrás el mes del sacrificio de la ofrenda con oro y plata, para meternos en el mes del sacrificio del cordero negro. Sé que últimamente nos encontramos algo perdidos en nuestra fe en el Cordero, debido a que uno de nuestros guías espirituales más importantes se encuentra lejos. Vamos a los partidos, metéis las canastas, la afición aplaude, pero al finalizar el encuentro no todas las caras corderiles son felices. Algunos se sienten vacíos, otros simplemente cambian de tema. Este desánimo también se nota en la afición, que se torna voluble, apareciendo y desapareciendo a capricho, a excepción de las redactoras.
Sé que hoy es un día triste, una victoria insípida, un partido demasiado corto porque las almas no se han fusionado con el juego y no quedan satisfechas. Pero yo quiero que también sea un día de esperanza, el mes del Cordero ha llegado, recuperemos nuestros ritos sangrientos, cumplamos los sacramentos con alegría, así como los mandamientos del Santo Cordero. Invitemos incluso a otros que no son nuestros hermanos a estos ritos. Llamémosles a observar nuestra fe y agrandemos nuestra familia con aquellos de almas puras. Incluso, tras los ritos, hagamos una fiesta donde no haya distinciones entre hermanos y extranjeros, "qui-cir", ¿alguien tiene el teléfono del número cuatro de los Miraobras? ¿Y del trece de los Negraleda? ¿Y si hacemos un ranking a parte de los equipos contrarios? No sería un gran placer, poder poner verde al apretado de turno, ponerle menos cien puntos al gordo de gente Grata, por ir disfrazado de guiri playero debajo de la camiseta verde horrible esa que llevan y de paso tener una excusa para escudriñar el banquillo del equipo contrario…
Los contrarios, pobres, hoy hasta me han dado ganas de irme a animarles, creo que fue su quince quién comentó: "No defendemos ni güevo". Y yo no soy quien para discutir el comentario de un profesional.
Y nosotros, como siempre, a pesar de las bajas de última hora, como siempre, (Me repito consciente de ello, por repetirme. Porque después de que Guille ha intentado corregir en verde "in extremis", toda su táctica de cambios y estrategias, ha tirado el papel al suelo y ha dicho: "Písalo, total ya no me sirve de nada, como siempre"), estuvimos muy bien y ganamos. Si bien es cierto que los partidos se nos quedan pequeños para que todos puedan demostrar lo que valen. Está claro que Arturo ha vuelto, que Fer algún día será imparable, que los mayores aún se acuerdan de cómo se juega al baloncesto, que Carlos ha aprendido a jugar, que Dani Alonso es la estrella aunque le metan en el banquillo antes de que pueda machacar, que si a Dani Aubareda le entrasen todos lo tiros sería perfecto, que en una de las de Boris el árbitro no va a saber a cuál de todos dar la falta recibida y que… "¡Jorge como base, tiene mucha clase!.
Por último, decirle a la macarra y a la Bisbal que me voy a comprar un cronómetro y que debería asegurarse de que sus señales horarias van por el Meridiano de Greenwich y no por el Mono de Winston.
Mención especial a nuestra cordera más querida, que estaba malita y vino, haciendo el famoso "Boris" (voy a la fiesta, pero no al partido); pero al revés, claro.