EL SEÑOR DEL CORDERO

Era una mañana de un sabado, como cualquier otra. La gente sale a la calle a comprar la comida de la semana, los jovenes (la mayoria de ellos) duermen aún en sus camas, los viejos están en el parque jugando a la pentenca o al mus en los bares (de viejos)...

pero ese sabado pasó algo mas...

Ese sabado, en una pequeña calle de Madrid, en un polideportivo de esos de barrio, en la cancha cubierta...

Grancordero hizo historia.

Llegué al partido a mi hora habitual (esta vez fué porque me perdí) y me encontré con la Comunidad del Cordero en pleno: Aragorn (Ortíz) dirigiendo a su gente con maestria, las dos hobbits animando el cotarro (María y Ainoha; jeje), Legolás (¡Maroto, eres una moto!) luchando, como siempre, hasta la muerte...

Como en todas la aventuras de Grancordero, hubo gente que no tuvo su día. Lorenzo "gimli", que aunque Galadriel (claramente yo) le bendeciera la mano, no sacó el hacha como suele hacerlo. Pero lo que se dice valor, le puso. Y por eso le queremos. Y hubo gente que por estar en las casas de curación no pudo ir a la guerra (Boromir Arturo de Gondor estaba aún recuperándose del envenenamiento de la criatura Vodka).
El Ent Barbol Carlos tuvo su particular lucha con Saruman "El de la coleta", y como siempre gana el bueno, pues Barbol Carlos se salió.

Muchos dirán que no hubieramos vencido de no ser por las intervenciones de Frodo y Sam (aquí si que no me arriesgo a decir quién es quién...que Guille y Josete se lo rifen), pero yo creo que la victoria final, tras ir perdiendo por mucho, se la debemos a la Comunidad en conjunto. Y a Nicolaso Bilbo, que apareció al alba del quinto dia, por el sur, trayendo consigo la valentía de los Medianos de Bruselas, pues estaban con él la fuerza y alegría de toda su familia.

Vamos, que remontamos 17 puntos entre el segundo y el tercer cuarto y fué la hostia de guai...

Galadriel (claramente yo) os dá las gracias por librar estas batallas tan necesarias para la felicidad de la Tierra Media.

¡beeeeeeeeeeeeeeee!